El
pasado lunes 28 de abril tuvo lugar la presentación de “La poesía, esa música
que piensa”, el último trabajo de Javier Almuzara, poeta que fue doblemente
galardonado con el premio de poesía de la Cátedra Emilio Alarcos.
Abrió
dicho acto Josefina Martínez en nombre de la Cátedra con unos versos de Jorge
Guillén, y asegurando que el propio Emilio Alarcos estaría muy orgulloso de
esta velada. Martínez, como antigua maestra de Almuzara, narró unas
interesantes anécdotas sobre la juventud del poeta, a quien por aquel entonces
no le interesaban ni la gramática, ni la sintaxis, lo suyo era pura vocación
poética. Josefina Martínez concluyó su presentación con unos versos de Fray
Luis de León que ensalzan la música, los cuales José Luis García Martín,
también presente en este acto, recitó de memoria en voz baja con asombrosa
precisión.
Tras
la intervención de Josefina Martínez, se le dio la palabra al ya mencionado
José Luis García Martín, también antiguo maestro de Almuzara. García Martín
sigue la andadura poética del poeta desde el año 1989, y le define con tres
palabras llenas de elocuencia y exactitud: Poesía: Almuzara es un poeta de
tradición clásica y no se avergüenza de ello. No siente pudor en reconocer a
los clásicos como sus maestros; Música: Almuzara habla de la música con la
pasión que le es otorgada por su gran conocimiento sobre ella. El poeta ama la
mayoría de los géneros musicales, pero detesta otros, y así lo muestra sin
arrepentimiento; Entusiasmo: Almuzara es un entusiasta de todo aquello que ama,
y así lo transmite siempre a sus allegados. García Martín concluye alabando la
gran decisión que tomó el poeta al decidir dedicarse en cuerpo y alma a la
poesía, algo que ama profundamente.
Tras
esta introducción a la trayectoria poética de poeta, se le dio la palabra a
Almuzara, quien con gran ilusión reflejada en el rostro confesó que el nombre
de Emilio Alarcos tan solo le traía
alegrías, tanto por los recuerdos que tenía de su persona, como por haber sido
doblemente galardonado en su nombre. Almuzara homenajeó a quien en su día fue
su gran maestro leyendo una de sus poesías de tono elegíaco.
Almuzara
explicó el porqué de título tan contradictorio de su obra. Todo, al comenzar a
leer el título esperamos que éste sea “…esa música que siente”, sin embargo,
nos sorprendemos al ver que para el autor la música también es pensamiento. El
poeta remitió a una serie de prosas que hacían referencia a momentos y
frustraciones de su vida, además, contó una curiosa anécdota en la que durante
un viaje a Grecia se vio tan inspirado por la contemplación de un paisaje
idílico que dejó allí mismo grabado en piedra uno de sus poemas (“Luz y
silencio. He venido a encontrarme con lo que llevo dentro…”).
Aunque
Almuzara asegura que sus reflexiones sobre la profesión no le han llevado a
muchas conclusiones, sí nos da el consejo de “dejar enfriar los sentimientos”,
es decir, no corregir un poema justo tras haberlo escrito, para que así
nuestros sentimientos no afecten a la lucidez.
Por
último, Almuzara deleitó a su público con la lectura de sus poemas, alguno de
ellos todavía inédito. Con las bellas palabras del poeta concluyó el acto, y
todos los presentes celebraron su
cercanía.