miércoles, 30 de abril de 2014

Revistas literarias de posguerra


El final de la Guerra Civil supuso un corte radical para la cultura española. España quedó partida en dos: parte de los españoles tuvieron que huir del país, y buena parte de las personas que se quedaron en el país fueron encarcelados o estaban aterrados. El porcentaje de intelectuales que marcharon al exilio fue muy grande. El porcentaje de las personas encarceladas que pertenecían al sector de la educación o  la cultura también fue muy grande. Los maestros fueron vistos como los grandes enemigos por haber introducido en el país ideas laicas.
Desde el punto de vista literario durante 15 o 20 años hubo dos literaturas españolas: la de la España del exterior y la de la España del interior. La gran literatura española de esta época se hace desde fuera del país, por autores como Ramón J. Sender o Juan Ramón Jiménez. Muchos de los escritores que habían huido a Francia se encontraron allí con la Guerra, por lo que marchan a América. Este exilio se concentra fundamentalmente en dos países: México y Argentina. Algunas de las principales editoriales de estos dos países fueron creadas por españoles, concretamente las editoriales ---
Esta España del exterior tienen los días contados ya que muchos mueren o regresan a España. En los años finales el franquismo muchos escritores exiliados regresan a España.
Termina la Guerra Civil y los vencedores son conscientes de que han ganado la guerra pero han perdido la batalla de la propaganda exterior, ya que otros países siguen simpatizando con los republicanos. Hay una decidida voluntad por parte de algunas personas del régimen de reanudar la vida literaria. Se da la paradoja de que después del franquismo, de dura censura, hay mucho apoyo a la literatura, sobre todo en los periódicos, donde aparecerán muchas publicaciones literarias. Los periódicos publicaban mucha literatura pero esta era de carácter oficial, no reflejaban la realidad del momento.
Juan Aparicio se dedicaba a publicar muchas revistas literarias. De estas revistas que se crean la principal es La Estafeta Literaria, una revista que continua hasta los años 80, con algunos cambios en el título. Esta revista quiere ser la réplica de la gran revista literaria de antes de la Guerra: La Gaceta Literaria. La Estafeta Literaria era una revista muy atractiva físicamente (grande, a color, sin publicidad, textos, cuentos…). Esta revista también da mucha importancia a las tertulias literarias (un intento del régimen también fue recuperar las tertulias literarias).
Otras revistas de la época que no tuvieron tanto éxito fueron El Español y Fantasía. Todas las revistas en este momento tenían que tener un carácter oficial (el permiso del régimen), aunque también hubo dos revistas relativamente al margen del régimen y que tuvieron mucha importancia para la poesía: Espadaña y Garcilaso. La poesía en estos años se manifestó a través de las revistas; los nuevos poemas se formaron y se dieron a conocer en revistas literarias. Detrás de la revista Garcilaso estaba el grupo de la Juventud Creadora, cuyo poeta más activo era José García Nieto (Oviedo 1914). La revista Espadaña tenía como poeta muy destacado a Victoriano Cremer.
Muchos o varios de los escritores que comienzan a destacar en la España franquista habían estado encarcelados, por lo que intentaron encubrir su verdadera ideología y se adaptaron al régimen. Victoriano Cremer había estado encarcelado durante la República.
Desde el punto de vista estético la diferencia que hay entre estas publicaciones son las siguientes:
-          La revista Garcilaso toma su nombre como homenaje a Garcilaso de la Vega. Después de la Guerra Civil Garcilaso de la Vega será un gran representante para los escritores adeptos al régimen. Garcilaso escribía una poesía clara frente al “retorcimiento” Gongorino. En estos años 40 se producirá una vuelta al soneto (García Lorca o Miguel Hernández).
-          La revista Espadaña tenía una serie de autores que se identificaban con el existencialismo. Reivindican como poeta a César Vallejo, poeta angustiado, humano.
Estas dos revistas mantienen una relación polémica. En la revista Garcilaso estaba vinculado el cura González de Lama, persona muy culta. Eugenio de Nola, al frente de la revista Espadaña, será un gran rival.
La revista Garcilaso estaba financiada por el régimen, mientras que la revista Espadaña fue censurada tras un poema de Blas de Otero.
En Espadaña vemos el origen de lo que será la poesía social de los años 50. El resurgir de esta poesía también será gracias a la publicación de dos libros: Hijos de la ira de Dámaso Alonso y Sombra del paraíso de Vicente Aleixandre. La poesía social plantea una revolución estética, pretende reflejar el lenguaje y los poemas de la calle.
La poesía social, en primer lugar, no era una poesía política, pero en un sentido estético si lo era, ya que utilizaba el lenguaje coloquial; trataba de reflejar los poemas de la gente. El nombre más significativo de esta poesía fue Gabriel Celaya, poeta que venía de la España de la República, había vivido en la Residencia de Estudiantes y había publicado un libro surrealista. Tranquilamente hablando es uno de sus libros más importantes. Celaya trae una poesía cotidiana, de todos los días, toda una revolución estética para el momento. Junto a Celaya estaba Blas de Otero, poeta muy ortodoxo, de poesía religiosa. Sus primeros libros demostraron que era un maestro del soneto. Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia son dos de sus libros. Al afiliarse al partido comunista derivará su obra en Pido la paz y la palabra.
De los poetas que surgen de la Guerra Civil el más destacado y admirado es José Hierro. Acababa de salir de la cárcel cuando le concedieron el premio Adonais. Al salir de la cárcel colaboró con el régimen, no tenía militancia política. Sus maestros habían sido los modernistas, por lo que tenía una gran formación estética.
La oposición a la poesía social se manifiesta en un grupo de la ciudad de Córdoba, que en los años 40 habían formado la revista Cántico. Los poetas que formaban esta revista eran Pablo García Baena o Julio Mente. Su inspiración era la Generación del 27, por lo buscaban una poesía más hedonista, con una gran perfección retórica. En esta revista se publica el primer poema de homenaje a Luis Cernuda, que estaba comenzando a ganar protagonismo ya que en su generación se había sentido marginado.
Pablo García Baena, como todos los poetas de Cántico, tiene una etapa doble, con una renovación estética debida a un cansancio de la poesía social. Durante los años 70, los poetas novísimos, reivindicarán como sus maestros a los poetas de la revista Cántico.

Otra de las revistas de esta época son los Cuadernos de Ágora, que tenía un modelo muy similar al resto de revistas de esta época: publica una primera parte de poemas, otra parte dedicada a traducción, una sección que publicaba reflexiones sobre la poesía de autores clásicos y contemporáneos, un manuscrito de Luis Rosales, algún cuento de Lauro Olmo, y al final una parte de crítica de libros. 

miércoles, 16 de abril de 2014

Prensa digital: un gran enemigo para la prensa tradicional





Como referencia para comprender los problemas del periodismo actual hemos tomado el artículo "El periodismo es caro; el periódico, no" de Javier Cuervo. 
La gran paradoja es que el periodismo es muy caro, pero el periódico no, es muy barato. La gente se ha acostumbrado a tener las noticias de forma gratuita.
En el primer párrafo del artículo vemos dos aforismos o greguerías: A los lectores de los diarios de tamaño sábana se les preguntaba si estaban haciendo la cama; En el parque o en la playa al periódico le sale el alma de cometa.
“Primera plana” película de 1974 que tiene varias versiones como “Luna Nueva”.
Relaciona el periódico y su carácter diario con un chiste escatológico sobre Ferrán Adriá.
Muchos afirman que el periodismo en papel ha muerto y que a Internet le sobran adeptos, ya que cualquiera ve sus ventajas. Que haya de “todo” en Internet es como si no hubiese nada.
La información es cara aunque el periódico sea barato. Idea fundamental del artículo. El periodismo es caro porque requiere a muchas personas trabajando en él. En el siglo XIX se produjo el gran milagro del periodismo en gran parte porque los medios técnicos permitían hacer más tiradas, con lo que se abarató el coste del diario.
Tendemos a devaluar lo que se nos ofrece fácilmente, pero no sabemos el valor que en realidad tiene un periódico. Detrás de cada edición hay muchas personas trabajando en la información que más nos interesa como lectores. Cada periódico es un mundo que interpretamos. Si leemos las noticias en soporte digital se difuminan las secciones.
No todo lo que se publica es producto periodístico, ni todos los que escriben en los periódicos son periodistas.
Han desaparecido muchas de las razones que teníamos para comprar el periódico, ya que en este han desaparecido muchas secciones (búsqueda de alojamiento, búsqueda de trabajo, esquelas, programación televisiva e información meteorológica).
Lo que aparecía en los periódicos gratuitos era información internacional y de espectáculos (noticias sin importancia).
El papel está limitado por el coste y la extensión, mientras que los soportes digitales abarcan mucha más información.
El periódico de hoy nos cuenta las noticias de ayer, mientras que en Internet leemos las noticias que están sucediendo.
El periódico ya no es solo un objeto de papel, sino también una edición digital. Los editores colocan las noticias que más interés tienen en la primera página del periódico.
Es muy habitual ser lector de varios periódicos en soporte digital. Es muy importante tener en cuenta en que periódico hemos leído una noticia.

La información cuesta mucho, por lo que o pagamos los lectores o pagan se paga mediante publicidad. 

"César o Nada". Análisis de un artículo de Francisco Umbral



Narra anécdotas de su relación personal con César Ruano, en las que describe elementos costumbristas y políticos de la época (el franquismo).
En este artículo Umbral empieza hablando de lo general para ir particularizando a medida que avanza su texto. Como es característico de su estilo entremezcla lo serio y lo humorístico con un toque de ironía.  También hace una alternancia de un estilo directo llano con diversos arcaísmos.
Un recurso muy llamativo utilizado por Umbral es la ruptura de sistema en la enumeración, es decir, hay un elemento que no esperamos que aparezca en las enumeraciones que hace.
A Umbral le llama la atención (y así lo refleja en este artículo) la rapidez con la que escribía Ruano en comparación con otros escritores como Meliano, conocido por su lentitud de composición.
Por encima de todas las anécdotas que Umbral cuenta destacan otros aspectos biográficos para explicar al lector como conoció a César Ruano, y además como fue la enfermedad y la muerte de este.


Francisco Umbral

Francisco Umbral (Madrid-Valladolid 1932, Madrid 2007). Siempre dijo que nació en Valladolid en 1935, pero en realidad nació en Madrid.
Desde los años 70 hasta poco antes de su muerte su presencia en el periodismo fue constante (publicaba un artículo diario). Publicó diariamente durante muchos años en El País, hasta que por un enfado se pasó a El Mundo (diario rival).
Sus artículos eran un comentario impertinente y brillante sobre la actualidad. Fue él quien inventó o popularizó el sistema de la negrita: escribir en negrita los  nombres que aparecían en el artículo (es más visual).
Sus maestros fueron César González Ruano y Camilo José Cela.
Fue un escritor amoral, buscaba en su escritura el escándalo (era un escritor y también un personaje). Tiene más de cien libros publicados, más su obra periodística. Umbral afirmaba que para él “la musa es el encargo”.
Umbral fue un escritor nato, tuvo el don de la escritura y una gran facilidad para la escritura. Fue un joven ambicioso, con un afán de llegar alto en el mundo de las letras.
Sus grandes novelas son autobiográficas y narran muchas de sus tragedias personales. Fue hijo de madre soltera y se crio con sus tías porque su madre no lo reconoció como hijo (por la vergüenza). Mitificó la figura de su padre desconocido y de su madre, de los que no contará exactamente su drama, producto de la moral de la época.
Comenzó a publicar en El Norte de Castilla, que por estas fechas estaba dirigido por Miguel Delibes (su gran apoyo). Durante los años 50 y 60 escribirá mucho en este periódico.
Su etapa en León en la radio durante los años 50 y el franquismo fueron años de gran presencia del periodismo literario, porque no había libertad para hablar de la política.
Entrará en la vida cultural de León, y un escándalo allí le hará huir a Madrid: tras un coloquio de cine insulta al pueblo leonés.
En Madrid comenzará su etapa bohemia, en la que sobrevivirá gracias a Delibes, que le seguía encargando trabajos. También escribirá desde Madrid para todas las revistas del régimen.
Trabajó para una agencia periodística, para la que publicaba un artículo diario. Los artículos de Umbral eran sorprendentes; una visión alterada de la actualidad.
Umbral se formó durante el franquismo, aunque políticamente iba más allá de este régimen. En el 76, con la muerte de Franco, aparece un periódico que representa la España democrática: El País, de gran nivel intelectual. Fue el más vendido en la época.
Umbral entra en El País y publica Diario de un snob. Como periodista ha marcado a generaciones. Buena parte de sus libros son recopilaciones de artículos. Lo llamativo de Umbral era que mezclaba alusiones literarias con las políticas y con las figuras de moda (cantantes, mujeres del destape…)
Junto a estas recopilaciones Umbral también intentó ser novelista. Sus mejores novelas tienen componente autobiográficos (novela + ficción + autobiografía). Autoficción: el protagonista de la novela se llama como el autor, pero no es exactamente él.
Sus obras se pueden clasificar de la siguiente manera:
-          Novelas de la infancia
·         Los males sagrados (1973). Narra su vida en Valladolid. Su infancia, su adolescencia y sus memorias.
·         Las ninfas (Premio Nadal, 1976). Fue un escándalo porque tienen matices eróticos)
·         Los helechos arborescentes
·         El hijo de Greta Garbo

-          Obras autobiográficas y de crítica literaria:
·         Larra: anatomía de un dandi
·         Lorca, poeta maldito
·         Valle-Inclán: los botines blancos de piqué
·         Ramón y las vanguardias (sobre Ramón Gómez de la Serna)
·         La escritura perpetua (sobre César González Ruano)
·         Las palabras de la tribu (memorias literarias)
·         Diccionario de Literatura (obra poca personal ya que fue un encargo)
·         Los alucinados (sobre los autores que había admirado de niño)
·         Memorias de un niño de derechas, es un retrato generacional. “Como éramos los niños del franquismo”
·         Retrato de un joven malvado: memorias prematuras, también un retrato generacional.
·         La noche que llegué al café Gijón (1977). Nos habla de su conquista de Madrid. Su lucha por entrar en el círculo de los mejores escritores. El café Gijón era el lugar de reunión para las tertulias. Una serie de autores que participaban en estas tertulias crearon la revista Garcilaso. En las tertulias del café Gijón participaba Gerardo Diego, figura emblemática de la Generación del 27.
·         Trilogía de Madrid, historia sobre sus relaciones en Madrid. Cronista de las ansias del franquismo, cronista de la transición, cronista de los nuevos socialistas (y su posterior ruptura)
·         Mortal y rosa (1975). Título de una cita de un poema de Pedro Salinas. Es una crónica de la enfermedad y muerte de su hijo.
La gran tragedia de la muerte de su hijo marcará su vida para siempre. Su hijo tenía una enfermedad con un tratamiento difícil y caro (leucemia). Desde ese momento le perseguirá la obsesión de que si hubiese tenido dinero su hijo se hubiese salvado.
En la última etapa de su vida explotó demasiado su éxito. Dedicó a Cela Un cadáver exquisito.
La bestia rosa (premio de novela erótica) presenta la otra cara de Umbral. Se aprovecha de una relación personal para escribir este libro.

Francisco Umbral creó un nuevo estilo de hacer periodismo.