José
Ortega y Gasset nace en 1883. Su padre es un escritor y
periodista que dirige El Imparcial (uno de los grandes periódicos de la época).
Estará ligado al periodismo por motivos familiares; desde muy pronto empieza a
escribir en el periódico de su familia. El Imparcial tenía un suplemento
cultural: El Lunes del Imparcial, donde Ortega comenzó a escribir desde
temprana edad. Ortega no es periodista profesional, ya que estudia en Alemania.
En 1910 obtiene la cátedra de metafísica en la Universidad de Madrid. Él
realiza su labor en la Universidad pero se da cuenta de que la reforma que él
quiere para España no puede limitarse solo al ámbito universitario (relegado
solo para una clase minoritaria). Su labor periodista no solo es la de
colaborar, sino también la de fundador de muchos periódicos y revistas
literarias. Aunque no fue el capitalista si fue el orientador de muchos
periodísticos. Es el creador de dos
grandes publicaciones periodísticas de la historia: diario El Sol y la Revista de Occidente. Otro periódico orientado por Ortega fue Crisol. El Sol fue el equivalente de lo
que en 1976 será El País, que estará
ligado también a la familia de Ortega. El Sol pretendía ser un periódico
pedagógico, científico; grandes
escritores de aquel momento colaboran
con esta publicación (Ramón Pérez de Ayala:
poeta, novelista y narrador, y uno de los más brillantes ensayistas de la
cultura española; Gregorio Marañón, investigador
en la medicina y figura pública destacada, al contrario que Pérez de Ayala
consiguió ser una figura destacada en la vida pública, a parte de su trabajo
como médico escribe artículos y ensayos sobre la historia de España; Manuel Azaña, intelectual,
ensayista y creador de la revista La Pluma,
con la República Azaña se convierte en la figura central, de él destacamos por un lado sus
discursos políticos (mucha precisión), es el primero en dar discursos a campo
abierto y, por otro lado, sus memorias políticas y de guerra; Ramón Gómez de la Serna, no tiene la formación científica de
los autores que hemos nombrado hasta ahora, pero es un precursor de la
vanguardia.
Las
Meditaciones
de El Quijote es uno de sus libros más destacados de Ortega. Toma como punto de partida un libro capital de
la cultura española. Ortega se esfuerza por satisfacer a sus lectores. Su gran
rival es Miguel de Unamuno, que no tenía la misma formación brillante que
Ortega.
En
1923 tiene lugar la fundación de la revista de Occidente, revista cultural en
formato libro. La que había fundado ortega despareció en 1936, aunque sus
familiares la refundaron y ha pervivido hasta nuestro días. Ortega cuida mucho
la presentación de su periódico y sus articulistas, entre los que destaca el
periodista asturiano Fernando Vela. No solo
publicará artículos, sino también traducciones y escritos de nuevos autores,
que darán lugar a la Generación del 27.
Ortega
y Gasset también publica una revista unipersonal: El Espectador, publicada en 1916
y que continuó hasta 1931.
El
término revista viene de la palabra “revisar”; se revisan todos los
acontecimientos sucedidos a lo largo de un periodo concreto. En el primer
número de 1916 habla sobre el perspectivismo. Reflexiona sobre filosofía y también
sobre sus viajes. Greguerías, aforismos… son también algunos de los temas de su
revista.
El Espectador
era muy personal, solo escribía él. En 1923
funda la revista cultural más importante de la historia española, la Revista de Occidente. Es una revista
literatura, que tiene una parte de literatura y otra de divulgación científica.
La intención de esta revista fue reflejar por Europa y por el mundo la cultura
española. Las publicaciones de esta revista se extendieron hasta 1936. Se conocerá por primera vez la
nueva literatura europea, con obras de Kafka,
Joyce (Ulises, vista como una obra inmoral, obscena; renovación de las
técnicas narrativas), Proust (figura
de la renovación de la narración).
En
esta revista se publican los poemas más importantes de Cernuda, Alberti; Será
uno de los núcleos más importantes de la Generación
del 27. Tiene una colección de poesía donde publicó los siguientes libros: Romancero gitano, Federico García Lorca;
Cántico, Jorge Guillén.
Además,
tienen interés literario dos folletos que publica en 1925, los cuales tendrán
gran importancia en la literatura:
o
La
deshumanización del arte, que dio un nombre un tanto
despectivo al arte de los años 20. Lo que hace Ortega en este pequeño libro es
una especie de diagnóstico sobre como es el arte de los años 20. Cuando Ortega
habla de arte deshumanizado no es que esté de acuerdo con este terminología,
sino con la opinión general del público, que busca sentimientos; un arte que
atienda al corazón y no a la mente. El arte nuevo es un arte de minorías, rompe
con la tradición.
o
Ideas
sobre la novela. Viene a decir que la novela está en
crisis y que hay un cambio en la concepción de la novela: los argumentos
peregrinos ya están agotados y se deben buscar nuevos caminos para atraer a los
lectores. Describe las nuevas vanguardistas del siglo 20. En las novelas de
Ortega vemos una crítica a la novela tradicional. Se le achacó a Ortega la
crisis de la decadencia de la novela española de estos años.
Como
vamos viendo, Ortega es la gran figura intelectual de la época y el maestro de
otros escritores hasta los años de la república. Ortega ha contribuido más que
ninguna otra persona al advenimiento de la República. La República deja al
descubierto muchas tensiones de la sociedad española. Ortega solo representaba
a la burguesía civilizada por lo que no representaba a la mayoría de los
españoles. Estas ideas de Ortega
tuvieron un desarrollo liberal y también muy cercano a los totalitarismos (Ortega
ha cogido parte de sus ideas del sector falangista). Los republicanos verán a
Ortega como un traidor y los falangistas como alguien próximo a ellos, aunque
no del todo fiable.
Cuando
Ortega muere se prohíbe que las publicaciones hablen de él, ya que se le
consideraba en contra de las ideas franquistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario